DONA TURBANTES ONCOLÓGICOS A MUJERES ENFERMAS DE CÁNCER


      Karen Rodríguez entregó turbantes a personas que perdieron el pelo por las quimioterapias.


     "Quise colaborar con mi granito de arena, y expresarles mi solidaridad".


Elaborar turbantes para donarlos a mujeres que perdieron el cabello por el tratamiento de las quimioterapias que reciben en su lucha contra el cáncer, no fue una decisión difícil para Karen Rodríguez.

 "Comprendí que de esta manera podía aportar mi granito de arena para mejorar la autoestima de las mujeres que padecen la terrible enfermedad, y de paso enseñar a mi hija el valor de ofrecerles nuestro apoyo y solidaridad".

Karen señaló que desde hace dos años se dedica a confeccionar y vender aditamentos para el cabello. En su casa elabora diademas, moños y turbantes, entre otros accesorios, especialmente para las niñas.

Pero desde antes -aclaró-me había preguntado qué podía hacer por los enfermos en están en los hospitales. Siempre había querido contribuir con algo para hacerlos sentir mejor.

Así decidí que fabricaría turbantes oncológicos para las mujeres que pierden el pelo mientras reciben sus tratamientos de quimioterapia. Pensé que a ellas les vendría muy bien un turbante que yo misma diseñé con mucho cariño, para que se vean bien y refuercen su autoestima.

A sus 31 años de edad, Karen Rodríguez, quien estudió la licenciatura de Mercadotecnia Internacional, y vive en Tultepec, estado de México, aclaró que en su familia no hay enfermos de cáncer, pero siempre ha considerado que este tipo de pacientes requieren de una gran solidaridad de los demás.

Por eso vine hasta el Hospital Juárez de México, y acompañada de mi madre Verónica, fui a expresarles personalmente mi apoyo hasta la sala de quimioterapia ambulatoria. Ahí recibí una gran lección de su fortaleza y su decisión de sobrevivir a este padecimiento. 

Fue muy emocionante ver ahi a personas de todas las edades que luchan con gran voluntad contra el cáncer se mama, cérvico uterino, próstata y garganta, entre otros padecimientos. 

En realidad son personas que son un ejemplo para todos los demás, porque en lugar de rendirse siguen adelante, manteniéndose en la lucha por la vida, enfatizó.

Hoy espero que mi hija Ximena, de apenas cuatro años de edad, vaya comprendiendo la importancia de la solidaridad y que se debe ayudar a quien más lo necesita.





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