LA ÚLTIMA CHECADA


 

·         Alrededor de 60 trabajadores del Hospital Juárez de México cumplieron con el ritual, al pasar a retiro.

 

·         Con antigüedades de hasta 55 años, médicos, enfermeras y personal administrativo representaron el símbolo de las más hondas tradiciones del hospital.

 

El Hospital Juárez de México vivió una memorable jornada de reminiscencias, recuento de anécdotas y vivencias que enmarcaron la jubilación y el retiro de alrededor de 60 trabajadores de gran espíritu, vocación y entrega. Con antigüedades de hasta 55 años, médicos, enfermeras y personal administrativo representaron el símbolo de las más hondas tradiciones y la memoria histórica de la enfermería del hospital.

 

En lo que se ha convertido una costumbre muy especial, con música de mariachi, interpretando “Las Golondrinas”, el Son de la Negra, Cielo Rojo y el Mariachi loco, con arreglos florales, globos y regalos de compañeras de trabajo celebraron rodeadas por sus familiares más cercanos, los trabajadores cumplieron con el último ritual: “La última checada”.

 

No se van del todo, nos dejan sus enseñanzas. Sobre el trato comprometido, digno y humanitario que brindaron a los enfermos. Eso, lo heredamos de ellas y forma parte del ADN de las enfermeras", afirmó la maestra Blanca Estela Cervantes Guzmán, Jefa de los Servicios de Enfermería, al resaltar que 27 enfermeras pasarán a retiro a partir de mañana, primero de octubre.

 

Con su partida, añadió, termina toda una era, la de las compañeras que debieron aprender día a día, todas ellas pertenecientes a la cultura del esfuerzo, que fortalecieron sus conocimientos al lado de los médicos y el paciente y después se convirtieron en nuestras maestras cuando llegamos al Hospital Juárez de México.

 

En la zona de checadores se vivieron momentos de gran animación para festejar a los trabajadores, estuvo presente la doctora Mónica Cureño Díaz, Directora de Investigación y Enseñanza, así como las supervisoras de enfermería y jefas de piso.

 

Luego de cumplir con la última checada, entre porras, aplausos y matracas, María Abrahana Graciela Alvarado Santibáñez y Bertha Varela Díaz, recordaron las anécdotas que a lo largo del más de medio siglo fueron sembrando desde el antiguo hospital.

 

Al hablar de estos recuerdos, se refirieron a los tiempos en que el director del Hospital Juárez era el doctor Jacinto Arturo Sánchez, la jefa de enfermeras era Aurora Corona. También se refirieron a las señoritas Gudelia, la Mayora de Quirófano, y Conchita, la Mayora en Toco quienes les enseñaron todo lo que sabían.

 

Señalaron que antes de que los materiales y equipos médicos fueran desechables, con gran paciencia debían lavar con agua y jabón las jeringas de cristal y con gran tacto probar el filo de las agujas, lavar los guantes quirúrgicos y comprobar su funcionamiento, antes de llevarse a la Central de Esterilización y Equipos (Ceye).

 

"Con buen ojo teníamos que ver qué las agujas no estuvieran chatas o dobladas. Luego las asentábamos en una piedra de afilar y con la palma de la mano o con una gasa comprobábamos que no tuvieran rebabas. El cuerpo de la jeringa, el émbolo y su respectiva aguja se envolvían en papel de estraza y se llevaban a la unidad de CEYE".

 

Igualmente, a los guantes quirúrgicos los echábamos en una tina, para lavarlos. Luego de secarlos y comprobar que no estuvieran rotos los poníamos en una centrifugadora, para ponerles talco, y cada par se colocaba en carteras de papel de estraza, para su esterilización.

 

En entrevista, Angelina Gómez Cruz, quien hizo la última velada, narró los usos y coincidió con María Abrahana Graciela Alvarado Santibáñez y Bertha Varela Díaz al hablar de la mística que había en el Hospital Juárez.

 

Al hurgar en la memoria, señalaron que ellas mismas tenían que hacer las gasas y los apósitos. Eran los tiempos en que debíamos lavar la unidad del paciente: su cama, buró y mesa puente, bajo la mirada y vigilancia estricta de las “Mayoras” que hoy son conocidas como jefes de piso.

 

Eran los tiempos en que había una gran camaradería. Las mayoras nos enseñaban y nosotras enseñábamos a los médicos residentes a canalizar a un paciente, o el momento en que vendría el parto. “Nadie se rajaba al trabajo, todas le entrábamos parejito”, resaltaron.

 

También de los días del festejo del Día de las Enfermeras, en que había misa, desayuno, festejo y el baile en el patio del hospital. “A veces se ponía tan bueno que hasta los pacientes se animaban a echarse un bailecito”, dijo María Abrahana Graciela Alvarado Santibáñez, con gran sentido del humor.

 

Luego, dijeron ocurrieron los sismos de 1985 y todo fue cambiando al llegar a la nueva sede del hospital. Sobre todo por la llegada de las nuevas compañeras enfermeras que salieron de las universidades, bien preparadas y con grandes conocimientos.

 

"Ellas fueron las raíces de la profesionalización, y las que pusieron los cimientos del servicio en este hospital", dijeron por su parte María Teresa Rodríguez Germán y María del Carmen Velázquez Núñez.

 

A la cultura del esfuerzo y las buenas prácticas de las enfermeras técnicas o auxiliares del antiguo Hospital Juárez, de quienes aprendimos su gran entrega y humanismo, vino a sumarse el conocimiento científico, la profesionalización y especialización de las enfermeras, que ahora vienen de las principales universidades del país, señalaron.

 

Sin embargo, a todo el personal del Hospital Juárez de México que hoy se jubila es momento de cerrar un ciclo e iniciar otro, por lo que se hace extensa.











Comentarios

  1. Felicitaciones mis queridas compañeras

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  2. Felicidades y gracias a todas esas enfermeras que nos ayudaron y nos enseñaron durante el paso de la residencia en el Hospital Juárez de México.

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