La Química del Amor



¿Sabías qué?

Cuando una persona se enamora, se desencadenan diversos procesos químicos en su cuerpo que les hace sentir una conexión inexplicable hacia esa persona. 


Esta atracción está relacionada con su olor, del cual no somos conscientes. Este fenómeno tiene una base biológica relacionada con nuestro instinto reproductivo.


Durante el enamoramiento, nuestro cuerpo comienza a segregar compuestos químicos en grandes cantidades, lo que nos provoca un aumento de energía, excitación y felicidad.


Al conocer a una persona que nos atrae, se libera CORTISOL, lo que genera sensaciones de preocupación y obsesión, casi como si fuera una cuestión de vida o muerte, debido a la incertidumbre sobre si la relación funcionará. Sin embargo, una vez que esa persona corresponde a nuestros sentimientos, se comienzan a liberar otras sustancias:


La DOPAMINA, que nos hace sentir placer, euforia y atracción al estar cerca de la persona amada. La dopamina activa el sistema de recompensa en nuestro cerebro, lo que crea una "necesidad" de estar junto a esa persona. 


En los hombres, esta sustancia hace que se libere TESTOSTERONA, aumentando la excitación y, a veces, suprimiendo la SEROTONINA, lo que puede generar un comportamiento más impulsivo o agresivo. En las mujeres, provoca la liberación de ESTRÓGENOS que estimula el deseo sexual. 


Otro neurotransmisor clave es la NOREPINEFRINA, que provoca un aumento de ADRENALINA, haciendo que el corazón lata más rápido, se eleve la presión arterial, nos suden las manos y experimentemos ese rubor tan característico al ver a la persona amada. 


Esta sustancia también nos produce sensaciones de alegría, euforia e incluso un nerviosismo desproporcionado que puede hacer que perdamos el apetito o el sueño, concentrándose exclusivamente en la otra persona. 


La FENILETILAMINA, intensifica estas sensaciones, generando una oleada de felicidad, optimismo y motivación. Una vez que el amor se consolida, las hormonas se conectan para fortalecer el vínculo con esa persona. 

La OXITOCINA juega un papel crucial en esta etapa, creando lazos emocionales profundos y permanentes. Su liberación aumenta con el contacto físico, especialmente en momentos de pasión y orgasmo, aunque también ocurre cuando nos abrazamos, lo que refuerza la sensación de conexión con el ser amado.


La SEROTONINA nos genera una felicidad inmensa por estar junto a esa persona. Cuantas más experiencias positivas compartimos, mayor es la cantidad de SEROTONINA que producimos. Este neurotransmisor está relacionado no solo con la felicidad, sino también con las obsesiones amorosas y los celos.


La ACETILCOLINA, por su parte, está involucrada en el deseo sexual, impulsándonos a mantener relaciones sexuales con la persona que nos atrae.



En resumen, las reacciones químicas en el cerebro juegan un papel crucial en la experiencia del amor, la pasión y el deseo sexual. Pero también participan en el apego y la conexión emocional, elementos que son fundamentales para el compromiso. 


Este último, sin embargo, también está influenciado por factores externos como la cultura y las normas sociales, que moldean nuestra percepción del amor y las relaciones.


Dra. Dulce Milagros Razo Blanco Hernández
Servicio de Desarrollo Científico y Tecnológico, Hospital Juárez de México 
Dra. Verónica Fernández Sánchez
División de Investigación, Hospital Juárez de México


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